viernes, 21 de mayo de 2010

un último adiós...

tantos recuerdos, y tantas palabras que me gustaría dejar hoy plasmadas,
pero no bastaría solo eso, no bastarían otros veintisiete años y un 19 de mayo, para terminar la charla del café,
faltarían millones de sonrisas, faltarían millones de lágrimas, y otros tantos pocos de sentimientos diferentes; faltarían sin fin de -hola-, y otros -adiós- contados, y ajustados con otros -hasta luego-, para cuadrar a tu coraje, y tus ganas de vivir.
tu humildad ejemplo, tu solidaridad inexplicable, tu lucha incansable;
un calendario de recuerdos, un amor de recuerdo;
faltaría un arquitecto de sueños, y un albañil de compañero;
faltaría un ejercito de ángeles, y faltaría un sencillo anónimo;
alguien capaz de crear una alquimia de sabores, sin medidas ni tapujos;
alguien capaz de ser primero y fingir segundo;
presumir su belleza, sin penas ni glorias, mas que el de un amor viajero;
dadora de seis guardianes de la vida de aquellos que fuimos tus soldados;
luchadora incansable de los sueños compartidos,
buscadora de necesitados olvidados.

Tantos recuerdos, y tantas palabras que hoy me gustaría dejar plasmadas...

tanto llanto, sufriendo tu partida,
a un descanso mas que merecido, a la paz de un sufrimiento causante de tus noches en velo.
y aun no dejo de admirarte;
nunca guardaste rencor a aquellos que te causaron daño, a quienes dudaron de ti,
fuiste capaz de dar amor, cuando no supiste de el hasta ya avanzados tus años,
fuiste capaz de dar atención, cuando no la tuviste mientras intentabas comprender de la vida.

Y entre tantas cosas que quisiera dejar plasmadas. Hoy en día...

Recordare tus consejos, y tu lucha incansable por mi carácter indomable;
tus trabajos madrugadores, porque mis sueños se hicieron tuyos;
tu sabiduría de la vida, y tu inteligencia inburlable del sentimiento;
tu amor de madre;
tu amor de abuela;
tu amor de hermana;
de Hija, de Vecina, de Ciudadana, de tu forma incomprensible de distribuir tus sentimientos, y llevar en el corazón a muchos de nosotros.

quisiera simplemente decir -adiós-
pero no puedo, aunque lo entiendo, no lo quiero comprender...
no quiero dejarte partir, por eso te llevare en el recuerdo de mi respiración;
no hablare de tus ganas de vivir; viviré.
no hablare de tus logros; lo lograré.
no hablare de tu humildad; la imitaré.
haré historia de tus ayudas; pero también las buscaré.
llorare tu partida, pero celebrare tu nueva vida.

y no me bastaran otros veintisiete años, y un 19 de mayo;
invertiré en una vida, para cuando este a tu lado, podamos decir juntos.

No hemos vivido en vano...

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